DISTANCIA: 16 Km. Lineal Tiempo: 6 horas
Una ruta espectacular y grandiosa
la que hemos podido disfrutar hoy, a la que llegamos un poco nerviosos porque
durante los últimos días no ha dejado de llover. Pero una vez más el Valle del
Genal, con sus pueblos, con sus gentes, con sus castaños centenarios, con sus
arroyos y sus soberbios paisajes, nos demuestra que es acogedor y trata a todos
sus visitantes de forma exquisita.
Quisiera agradecer y a la vez
felicitar a todo el grupo participante en esta ruta por su buen hacer, y
riquísimo trato humano.
Nos hemos trasladado en autobús
hasta la población de Júzcar, pueblo Pitufo, cincuenta y cuatro intrépidos
senderistas que nos vemos obligados a hacer huso de nuestros capotes pues ya
empieza a llover cuando son casi las diez de la mañana.
A pesar de todo recorremos las
calles de tan pintoresco pueblo con mucho ánimo y alegría, y sin demora alguna,
ascendemos por la calle de Las Eretas, donde encontramos un vertiginoso
desnivel de más del 20%, así que entramos en calor inmediatamente. A nuestra
derecha el Cerro del Romeral.
Paramos un instante para
reagruparnos y cruzamos la carretera hoy poco transitada para adentrarnos a
través del SL A-224 en un bello paisaje de castaños, que en esta época del año
con sus tonos ocres, naranjas, amarillos y verdes dan al entorno una singular
belleza. Sin dejar de mencionar los retorcidos Quejigos que entierran sus
raíces en el camino, tomando las más caprichosas formas.
En breve por un sombrío y
estrecho camino después de una pronunciada pendiente nos sitúa en la cañada del
Arroyo Blanco, hoy si lleva agua, por lo que lo cruzamos con precaución.
Toca ahora la subida de la ladera
opuesta, que entre curvas cerradas y desvíos a izquierda y derecha, nos conduce
casi sin darnos cuenta a la localidad de Cartajima. Recorriendo sus calles
saludamos a algunos lugareños que ya conocemos de anteriores visitas y buscamos
ahora el SL- A 226.
Comenzamos después de visitar
algunas calles del pueblo, por una pista asfaltada, bajando hasta llegar al
centenario castaño Arenas al que se le calcula más de trescientos años de
antigüedad.
A nuestros oídos llega el susurro
del agua lo que nos hace pensar en cómo y por donde vamos a cruzar, vemos desde
lo alto el transito del rio Nacimiento, ofreciéndonos una encantadora estampa,
tan solo dos pequeñas pendientes para llevar al nivel de este nuevo y bello
enclave por un lado el arroyo Algorma, de frente el arroyo de los Granados, las
hojas de los Chopos alfombran el terreno, algunos senderistas se descalzan para
cruzar otros a través de rocas estratégicamente colocadas por nuestros amigos
Pepe Reyes y Paco Castro, logramos cruzar el primer paso, pero en el segundo
arroyo todos preferimos quitarnos las botas y mojarnos, comprobando la rabiosa
temperatura del agua.
Ha sido un momento de singular
compenetración y ayuda mutua entre todos los integrantes de este esplendido
grupo. Llegamos al Molino Real que se encuentra en no muy buen estado de
conservación, y viendo sus huertas de nogal, olivos, caquis, limones, denota
que pudo haber sido un territorio maravilloso.
En unos admirables llanos
aledaños paramos a descansar haciendo buena gala de tortillas y bocadillos,
degustados para reponer fuerzas, no queremos perder mucho tiempo así que tras
un breve descanso, continuamos por duras pendientes hacia Parauta.
Es una alegría constatar como
muchos compañeros se deleitan piropeando tan bellos paisajes, otros más
afortunados encuentran preciosas piedras, Los Riscos, Malhacer, Cancha Armola,
Pujerra, casi dibujados por artistas, los colores de castaños o encinas juegan
entre sí plasmando una paleta de tonos indescriptibles.
Llegados a Parauta, recorremos
algunas de sus calles en busca del autobús que va a recoger a algunos miembros
del grupo. Los demás concretamente veintitrés seguimos con la idea de llegar a
Igualeja a través del SL-A 222.
Continuamos el recorrido por la
calle Calvario es una pista hormigonada, propia para las labores de los
terrenos aledaños, dejamos la encina Vallecillo y seguimos caminando por un
espectacular bosque de castaños, cruzamos una vaguada hasta llegar al arroyo de
los Granados, que tenemos que vadear, ascendemos por una fuerte pendiente hasta
llegar a un cruce de caminos.
Vemos las primeras edificaciones
de nuestro objetivo y entramos en Igualeja por una calle estrecha, caminando
asombrados de la cantidad de agua que lleva el río Genal.
Nos dirigimos hasta el
Nacimiento, donde nos esperan nuestros compañeros que habían llegado ya en el
autobús desde Parauta, es el lugar escogido para comer pero una fuerte cortina
de agua y frío desapacible, hace que lo más rápidamente posible unos y otros
busquen refugio.
No obstante la belleza de este
enclave no deja de maravillarnos, como surge el agua de esta triangular cueva
dando a todo este lugar una belleza increíble, este río es el responsable de
toda la indescriptible jornada que hoy hemos vivido, ha sido una autentica
maravilla poder disfrutar del Valle del Genal. Esperemos que más bien pronto
que tarde podamos volver.
Desde aquí, agradecer de nuevo a
todos los socios e invitados, participantes en esta nueva aventura la excelente
convivencia mantenida desde que entramos en el autobús esta mañana a las seis y
media hasta la finalización de esta ruta.
Crónica: Carlos Bellido
Fotos de Fermin AQUI
Os dejo este fantastico video que ha montado nuestro amigo Kiko Moya.
Y aqui os dejo este otro donde se puede comprobar la audacia de este grupo de senderista al vadear el arroyo de los Granados y de como el intrepido y oportuno Kiko, fue capaz de rescatar la bota de nuestra amiga Petra.
2 comentarios:
Enhorabuena por el vídeo, podemos ver que esta ruta se vivió intensamente. Saludos cordiales
Mis felicitaciones a todos y en especial a Carlos Bellido por mostrarnos esta maravilla.
Felicidades a los reporteros gráficos.Un saludo a todos.
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